Este viernes 10 de septiembre, Ernesto Poroto Marangoni tuvo un amanecer distinto. José, su portero, lo despertó con tres toques de timbres largos y uno corto. Es el código que utilizan ambos ante una emergencia. Poroto no dudó: bajó corriendo las escaleras con su pijama de Batman. En el camino, se encontró con la vecina del tercero B que empezaba su día con un vestido muy ajustado al cuerpo. "Buen día, vecina". La rubia lo miró de arriba abajo, y no pudo contener la carcajada. "El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa", le dijo Poroto. "La frase es de Friedrich Nietzsche, vecina". La rubia lanzó una carcajada aún más estruendosa que la anterior.
Poroto se quedó mirando a la vecina. Se hizo un silencio de un puñadito de segundos. Son esos momentos en los que se debe optar. La vida es eso: una sucesión de opciones que golpean la puerta del pensamiento sin pausa. Desde la marca del yogur hasta las decisiones más trascendentales. De insistir con los principios hasta las últimas consecuencias, o doblar en la esquina de los atajos de la claudicación. Poroto es lo que es, ni más ni menos. Pero algo tiene en la esencia de sus venas: el convencimiento de no traicionar nunca los códigos de la vida. Por eso, tomó aire, y le dijo a la rubia: "La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa. Esta frase es de Mark Twain".
Poroto sabía lo que seguiría. No hay peor enemigo que el previsible. Le quita gracia a la batalla. Hace que los éxitos sean menores. La rubia, débil de espíritu, río todavía más fuerte. Ernesto, con su boxer de Batman y la remera de Robin, la hizo callar con una caricia en su pelo y le espetó. "Mirá, vecina. No creo que entiendas de que te estoy hablando. Es cierto que a veces ni yo me entiendo. Pero hay otras ocasiones en las que estoy convencido de todo. Sé de principio a fin lo que quiero pensar, hacer y decir. Esos son los instantes más felices de mi vida. No son muchos. No abundan. Y tampoco abundan las personas que puedan completar esa compleja triada. Pero algo quiero decirte. En Batman, el Caballero de la Noche, Christian Bale, le dice al Guasón que interpreta Heath Ledger. 'Joker: Déjame ponerte un sonrisa en esa cara'. No creas que entiendas de que se trata. Pero a veces las risas no son risas. Son muecas. Como las personas".
Poroto siguió bajando las escaleras a toda velocidad. La vecina descendió por el ascensor. Por distintos caminos, llegaron juntos a planta baja. José saludó a la rubia con un gentil: "Buen díaaaaa". A Poroto le dijo: "Tomá Marangonito, llego esto para vos".
Era una carta informativa por el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
viernes, 10 de septiembre de 2010
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aja... si es una mueca, que lo sea:) pero que la otra no apaque nunca a esta :)
ResponderEliminarWIIII uno de los mejores capitulos!! POROTO PASION!
ResponderEliminarANONIMO
pero igual, t doy una pista: tngo una mascota llamada abaf ;)
me encantó.
ResponderEliminarPoroto será reconocido por su "vocación"?
ResponderEliminarY la risa cuando se comparte, es un mimo al alma (cursi, pero lo siento así).
Besos