domingo, 27 de junio de 2010

EM 11: Perfume de mujer

Ernesto bajó los tres pisos por escalera de manera veloz. Vestía su boxer de Cenicienta y la remera de Blanca Nievas. Eran las cuatro de la tarde de un domingo de esos que invitan a la nada. El problema es que cada vez hay más gente acepta la invitación. Tristemente en estos tiempos, nada es más que todo... En la esquina, el ciego seguía sin nadie que lo ayude a cruzar la calle.
-Señor ciego, ¿lo ayudo?, le dijo Poroto al hombre, de unos 50 años, peinado a la gomina, que vestía todo de blanco.
-Gracias, nadie me ayuda y la verdad es que estoy atrasado.
-Lo vi desde mi balcón, mientras miraba un capítulo de Alf. ¿Lo vio alguna vez?
-Soy ciego de nacimiento.
-Uy, perdón. Yo soy fanático de Alf. También de los dibujitos. Por eso tengo esta remera de Blanca Nieves. ¿Le gusta?
-...
-Uy, perdón. Bueno, lo ayudo. Me dio mucha bronca que nadie lo ayude. Usted debe estar acostumbrado a tanta indeferencia de la sociedad. Para mí es como un veneno.
-Pibe, ¿cómo te llamás?
-Ernesto. Ernesto Marangoni. Ernesto Poroto Marangoni.
-Ok, te voy a llamar pibe. ¿Sabés quien es Paracelso?
-No tengo la menor idea... Muchas veces no tengo ideas. Ni menores ni mayores.
-Me lo imaginaba. ¿Sabés quien es Theophrastus Bombastus von Hohenheim?
-No tengo la menor idea.
-Me lo imaginaba. No te veo mucha pinta de intelectual.
-Usted no ve, Don Ciego. Como Al Pacino en Perfume de Mujer... Que buena película. En realidad es una remake de un film homónimo de Dino Risi, con Vittorio Gassman, del año 1975.
-Pibe, no hagas caso a todo lo que veas. Y nunca olvides: "No hay pero ciego que el que no quiere ver", Don Pibe Poroto.
-Gran verdad. Esa frase la tengo en mi cuaderno, y es de autor anónimo. Tengo un cuaderno en el que colecciono frases… ¿Lo quiere ver?
-...
-Uy, perdón…
-Escuchá, pibe. Paracelso es el seudónimo de Theophrastus Bombastus von Hohenheim. Fue un médico y químico suizo que nació en 1493 y murió en 1541. Y dijo la mejor cita que escuché en mi vida.
-¡Dígala, dígala Don Ciego...!
-"Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis".
Poroto sonrió. Lo abrazó y le dio un par de palmadas en la espalda. Estaba emocionado. Cada vez que escucha o lee una frase para su cuadernos se emociona. Hasta que una pregunta le cortó el momento mágico.
-Pibe, Poroto, ¿vos no tenés pantalones puestos?
-No, Don Ciego. Espéreme que voy, me los pongo y lo acompaño donde sea. ¿Dónde va?
-A encontrarme con la mujer de mi vida.
-¿Y cómo se la encuentra?
-Buscando, pibe... Buscando...

martes, 22 de junio de 2010

EM 10: Capusotto

Pasó el bowling, con el récord de 5 strikes seguidos. Pasó una discusión con Rodríguez sobre cuál shampoo es mejor: Plusbelle o Sedal. Casi se agarran a piñas. Pasó, dos días después, una intoxicación por comer dos baldes de pochoclos en el cine viendo Toy Story 3. Pasó un nuevo regalo a la chica del supermercado: una remera con la inscripción "Dios te Salve, María". Se llevó una puteada de regalo. En definitiva, pasó una semana con el sello de Ernesto Poroto Marangoni. Abundancia de pequeñas cosas que se esfuman en la nada. Pero quien sabe cuales son las pequeñas y cuales son las grandes cosas de la vida...
Tirado en la cama, con su boxer de Cenicienta y la remera de Blanca Nievas, mirando por séptima vez el capítulo en el que Alf afirma la existencia de once planetas en el sistema solar, Ernesto piensa. Suspira. Reflexiona. Espía el futuro, su futuro, y no sabe que cara poner. Disca: 154-979... Corta. "Qué sabrá Rodríguez del futuro", se responde a sí mismo.
Sólo lo escucha su tortugo, que sabiamente decide meter la cabeza dentro del caparazón. "¿Qué me querés decir con ese gesto, Rayo?", le pregunta Poroto al animal. No hay respuesta…
Cuaderno en mano, busca la F de futuro. El genial Víctor Hugo da la respuesta: "El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable; para el miedoso, lo desconocido; para el valiente, la oportunidad".
Ahora sí: 154-979…
-Rodríguez, ¿para vos yo soy un débil, un miedoso o un valiente?
-Estás siendo injusto, Poroto.
-¿Porqué?
-No me das la opción de pelotudo… Y te aclaro: el Sedal es mejor. Vi una propaganda de Capusotto bañándose desnudo, todo con espuma, y que decía: "Sedal, Sedal, que champú genial". Después sale corriendo del baño gritando: "Soy Pomelo, me baño como un caramelo. Rock and roll, nenenenenene". Este Capusotto es un loco... ¿La viste la propaganda?
-...
-Ey, pelotudo… ¿La viste?
Poroto no estaba más del otro lado de la línea. Desde el balcón de su casa vio un ciego que esperaba para cruzar la calle sin que nadie lo ayude. Fueron tres semáforos. "Soy el Evita Muerte. Esta es mi misión", gritó. El tortugo Rayo salió del caparazón, pispeó a su dueño, comió un poquito de manzana, pareció mover la cabeza de un lado a otro y pareció, también, suspirar. Después, con la resignación que solo un tortugo puede expresar en su rostro, volvió a su caparazón decidido a no salir por un buen tiempo.

martes, 15 de junio de 2010

Em 9: Locos por Mary

De alguna forma Ernesto Poroto Marangoni tenía que bajar el ritmo frenético que había tomado su vida en los últimos días. Intentó salvar del suicidio a un hombre en el zoológico, y era un actor. Quiso socorrer a una mujer para evitar que no se ahogue, y era nadadora. Mientras fallaba en sus intentos, acumulaba insultos hacia su persona. Algunos no eran justificados. La mayoría, sí.
Se miró al espejo después de ducharse, y vio su rostro cambiado. Mezcla de cansancio con adrenalina. Nunca había tenido días tan agitados, salvo aquellas vacaciones con Rodríguez y González en Ibiza, adonde fue engañado: le dijeron que había un campeonato de bowling internacional. "Tenía razón el filósofo español Jorge Santayana: La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla", se dijo de cara al vidrio empañado por el vapor de la ducha. "Pucha, se me acabó el shampoo de manzanilla", recordó después.
"Algo tengo que hacer". Vio el papel blanco pegado en la heladera con la lista de faltantes y tuvo una idea. Se sorprendió: no suele tener ideas. Volvió a mirarse al espejo y se dijo: "Que pelotudo sos, Poroto. ¿Cómo no se te ocurrió antes? Como dijo el filósofo español Noel Clarasó: Las grandes ideas son aquellas de las que lo único que nos sorprende es que no se nos hayan ocurrido antes".
Se puso remera preferida: la de Bob Esponja de la mano de Puca. Se puso perfume, mucho. Demasiado. Se peinó a la gomina por cábala: una vez hizo eso y una chica le sonrió. Fue al video club, tomó la peli y dijo: "Dame esta". Caminó una cuadra hasta el Eki, piso excremento de perro y maldijo a Garfield, el rotweiller del vecino. "Debe haber sido él", pensó. Entró rápido para que no lo vean, compró y llegó algo exaltado a la caja.
-Hola María. El otro día supe que te llamás María porque lo vi en tu cartelito de la solapa. María Fernández.
-Hola, pasame las cosas que estoy apurada que ya termina mi turno.
-Acá tenés: un shampoo de manzanilla. Es el mejor, te deja el pelo relindo. Un jugo Tang de melón, te lo recomiendo, María. Unos fideos, una crema, queso rallado y champiñones. ¿Sabías que yo sé cocinar muy bien fideos con champiñones? ¿Te gustan los champiñones? ¿Viste que palabra linda? Proviene del francés champignon, y se refiere los hongos visibles en el campo, María.
-Son 35 pesos con 10 centavos.
-Tomá, 40... Te traje algo, María. Resulta que...
-¿Querés donar cuatro pesos con noventa al Hogar de recuperación para los sordos víctimas de la cumbia?
-Sí, María. Mirá, una peli para vos. Es de los hermanos Peter y Bobby Farrelly. Es de risa. ¿Te gustan las películas de risa? Trabaja una chica que se llama Cameron, y es casi tan linda como vos, María. ¿Y sabés como se llama? ¡Locos por Mary! ¿No te parece gracioso, María? Mary, María... ¿Entendés?
-Tomá una bolsa, guarda tu compra y salí que estoy apurada. ¿Quién sigue?

jueves, 10 de junio de 2010

EM 8: Flor de la V

"Dame dos chori, pibe. Y un guardapolvo de esos de cocina para que este se tape un poco", pidió Jorge Lanata, quien se apiadó de la situación de Ernesto Marangoni, vestido con el boxer de los Dalmatas y la remera de Bob Marley, totalmente empadapado luego de su chapuzón en el Río de la Plata para salvar a una suicida que no era tal.
-Gracias, Don Jorge...
-Basta, decime Lanata.
-Está bien, Don Lanata.
-¿Le ponen algo al chori?, interrumpió el puestero.
-Yo chimichurri. ¿Vos, Poroto?
-No sé, ¿le puedo poner algún condimento?
-Lo que quieras, respondió el puestero.
-Bueno, algo sencillo... Dejame ver... Mayonesa sí, quiero. Ketchup también. Salsa criolla y chimichurri, y listo. Está muy bien. Genial. Ah, y un poquito de mostaza agregale para darle gusto.
Diez minutos después, con el chori en el estómago y el guardapolvo enchastrado de colores, Marangoni se despidió de Lanata. "Un gusto, che... Cuidate, en serio. Mirá que te puede pasar algo. Te dejo unos pesos para que te vuelvas en taxi", le dio el periodista. "Gracias Don Jorge, Don Lanata".
De vuelta en su departamento, Poroto tomó el teléfono y discó el 154-979...
-Hola Rodríguez.
-Hola pelotudazo... Escuché tu mensaje. ¿Qué pasó con esa chica que viste en Crónica TV?
-¿Zulma Lobato? No, Rodríguez, estás confundido. Zulma no es una chica. Es un travesti. ¡Te confundiste! ¿Te acordás cuando fuimos a los bosques de Palermo? Había una muy parecida a Flor de la V, pero ella ya es una mujer que se casó y hasta tal vez quede embarazada. Vos le gritaste por la ventanilla y cuando se acercó te asusaste mucho. Y eso que tenés un póster de Flor en la pieza. Ahora que pienso, ¿puede quedar embarazada? Yo creo que no...
-No, Poroto, no puede. Y me refería a la chica que se iba a tirar del muelle, no a Zulma.
-Falsa alarma. ¿Estás seguro que nací para ser un Evita Muertes? Yo creo que no...
-Sí. Tenés que tener esperanza.
-Esperame... En mi cuaderno debo tener algo... A ver en la letra E: enanos, enojo, ermanos... Uy, ¿ermanos va sin h? Yo creo que no...
-Con h, burro. Her-ma-no, con H de horrible.
-Já, la hache es muda, no te entiendo por teléfono. Pero acá está, en la E: esperanza. Tengo una frase genial de Maurice Maeterlinck, un dramaturgo y ensayista belga: "La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada. Y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo". ¿La entendiste? Yo creo que no...
-Me cansaste... ¿Salimos de joda esta noche? ¡Algo bien salvaje!
-¡Dale! ¡A jugar al bowling con bolas grandes! ¿A vos te gustaba el bowling? Yo creo que no...

lunes, 7 de junio de 2010

EM 7: Lanata

En medio del Río de la Plata, Ernesto Poroto Marangoni se ahoga. Traga agua, respira mal, chapotea poco y se hunde demasiado. Como un paralelo de su vida y de tantas vidas: chapotea para no hundirse. En medio de esa agonía, insiste en saber cómo se dio cuenta la rubio suicida de que era un pelotudo.
-Mirá, soy nadadora profesional, estaba preparándome para una carrera de aguas abiertas hasta que llegaste vos y ahora tengo que salvarte para que no te mueras. ¿O preferís morirte?
-No, hacé poco (glup) quise pero no me salió (glup). No es fácil (glup) morirse. Bah, cuando uno quiere no (glup) se muere, pero tengo un amigo, González, que no quería (glup) y se murió. Pobre, ¿no? (glup).
-¿De qué murió?
-Sobredosis (glup) de Viagra.
La rubia, mientras braceaba rumbo a la orilla salvando a Ernesto, lanzó una carcajada y afirmó: "Yo sé porque sos pelotudo. El problema es que seguro estás rodeado de pelotudos".
Poroto pensó. Una bolsa llena de basura se le incrustó en su cabeza. Era de Coto, aunque él siempre compra en Eki porque le gusta una cajera a la que nunca se atrevió a hablarle. La primera imagen que le vino a la mente fue la de Rodríguez.
"¿Sabés que puede ser cierto?", le dijo a la rubia ya con el agua por debajo del cuello. "Para mí, Rodríguez es un pelotudo, pero él cree que el pelotudo soy yo. ¿Y si los dos somos pelotudos y es empate?".
La rubia dejó a Ernesto en la orilla y volvió al muelle a seguir preparándose para la competencia. El boxer de los Dálmatas de Poroto chorreaba agua. Ernesto tiritaba de frío. La Tota Santillán ya no estaba sólo en Crónica TV en su cruzada en defensa de los puestos de choripán: lo acompañaba Jorge Lanata. Ernesto lo vio, sonrió, y pensó que por fin el destino estaba de su lado...
-Don Jorge, quiero que sepas que siempre te admiré. Parecés medio tonto pero no sos nada tonto. Yo soy distitno: parezco un pelotudo y soy un pelotudo. ¿Me firmás un autógrafo, Don Jorge?
-¿Qué hacés así vos, casi desnudo y con un boxer de esos perros boxer?, contestó Lanata, que comía una paleta en su intento por dejar de fumar y lucía una remera con la cara de Ricardo Fort y la leyenda: "La imagen no es nada".
-Soy Ernesto Marangoni, y los boxer son boxer, y los perros son dálmtas. Como la película. Siempre quise ser periodista. Una vez leí una frase de Ryszard Kapuściński, un bieloruso que fue también historiador y poeta, y dijo: "Para ser periodista hay que ser buena persona ante todo". Entonces quise ser periodista, Don Jorge.
-¿Y?
-No me ayuda la cara, Don Jorge. Ahora soy el Evita Muertes. Ah, ¿me prestás unas monedas para volver en colectivo, Don Jorge?
-Dejá, te invito un choripán.
-Gracias, Don Jorge.
-No me digas más Don Jorge.
-Está bien, Don Jorge...

viernes, 4 de junio de 2010

EM 6: 101 Dálmatas

-¿Y por qué vas a la Costanera tan temprano?, le preguntó el taxista a Ernesto Poroto Marangoni.
-Voy a salvar a una mujer que se quiere suicidar.
-¿En serio? ¡Yo te ayudo! ¿Es una conocida tuya?
-No, no tengo ni la menor idea de quien es. Pero la vi en Crónica TV. Estaba por tirarse del muelle mientras la Tota Santillán defendía a los choripaneros que están defendiendo una causa justa.
-¿Está seguro vos, pibe?
-Sí, era la Tota Santillán.
-No, pelotudo. Si estás seguro que se quería matar.
-Más respeto, señor taxista.
-¿A vos te parece que te puedo respetar con esa cara que tenés, en boxer y descalzo? Hago el esfuerzo, pero no me sale.
En ese preciso momento, Poroto se dio cuenta que sólo tenía puesto el calzoncillo de los 101 Dalmatas, la remera de Bob Marley que usa para dormir, y el buzo de Homero abrazado al Che, que por suerte tiene bolsillo, donde quedaron 30 pesos del vuelto de la pizza de unos días atrás, cuando invitó a Rodríguez a cenar y se pelearon porque había aceitunas impares.
-Le pido respeto, señor taxista. Y estoy segurísimo del drama de esa mujer. Además, yo soy el Evita Muerte. Nací para salvar a suicidas.
-Pero es una mujer... Mirá, pibe, un poeta español llamado Enrique Jardín Poncela dijo una vez: "La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo". No te gastes, pibe...
Poroto no habló nada más. Llegó a destino, bajó del taxi, le dio un beso a la Tota y le susurró: "Apoyo tu causa". Corrió descalzo por el muelle con su boxer de los Dálmatas, vio a la muchacha de largos cabellos rubios al viento a punto de tirarse, la agarró del brazo y le suplicó: "La vida vale la pena, no te tires. Además, el río está contaminado porque los políticos nos explotan todo el tiempo. Este país es una porquería... Che, tengo un poco de frío porque me salpica el agua...".
La mina se río, lo miró, le dio un beso en la mejilla, y se tiró al río. Ernesto hizo lo mismo, y cuando la alcanzó en el agua, la miró a los ojos y le volvió a suplicar:
-No sé nadar. ¿Me ayudas?
-¿Vos sos pelotudo?
-Sí, así dicen todos... ¿Vos cómo te diste cuenta?