jueves, 15 de abril de 2010

Vital

No era precisamente una mañana de sol, como cantaba Luca Prodán en el tema que motivó el título de este blog. Era, más bien, una tarde de lluvia, de esas escapadas de un bolero triste y meláncolico. Pero sí se estaba en el Abasto, a dos cuadras del ex mercado en devenido en moderno shopping. Quizá sea la zona de Buenos Aires más cosmopolita, por la mezcla de razas y religiones que lo habitan.
Allí, en el corazón de esa jungla dentro de la jungla que es la gran capital, se levanta uno de los mercados para mayoristas más importantes de la ciudad. Dos horas dentro sirven para sacar algunas conclusiones. Como por ejemplo, porque en cada barrio hay un súper de chinos.
14 horas por día. Los siete días a la semana. Eso es lo que trabajan los inmigrantes asiáticos al frente de sus locales. Y saben como cuidar su economía. El hiper local del Abasto parecía Pekin. Decenas de carros cargados en su totalidad llevados por hombrecitos de ojos razgados, que van y vienen, viene y van. Conocen el lugar como la palma de su mano. Un eslabón más en la cadena de la vida...
A proopósito, y sin que parezca una publicidad encubierta, el hiper se llama Vital. No es un nombre menor para entender porque los chinos hacen lo que hacen.

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