Riñón golpeó la puerta de la pieza de Páncreas. Nadie contestó. Si la curiosidad mató al gato, también al Riñón. Abrió la puerta y vio el desorden más desordenado que jamás vio en una habitación.
El placard estaba vacío. Desnudo. El piso no era de alfombra, ni de madera, ni de cerámica: era de ropa. Una remera, otra, dos pulóveres, un buzo colgando del ventilador. En la mesita de luz, papeles de golosinas, botellas de gaseosa a medio tomar y tres energizantes vacíos. Y una caja de pizza con carozos de aceitunas y varios bordes de la maza a desprolijamente mordidos.
Sobre la cama hay un libro de autoayuda. Se titula: "Cómo ganarse el corazón de una mujer en diez rápidas lecciones". Sobre la cama, también, hay un diario abierto en la sección espectáculos. Y con marcador rojo se resalta una publicidad de una película: Julie&Julia.
Cuando Riñón giró para irse de ese cuarto caótico, encontró un cartel en la puerta. "Sabía que vendrías, trasplantable. La invité al cine. Dijo sí. Deseame suerte".
jueves, 24 de septiembre de 2009
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Páncreas está conquistando a Rodilla? Tenemos una historia de amor en puerta?
ResponderEliminarahhh... que lindo!!! Aguante PANCREAS!!!
ResponderEliminarayyy Páncreas, Páncreas... disfruta de la película...
ResponderEliminary en todo caos siempre hay orden!
beso