lunes, 6 de diciembre de 2010

Rock 6: Todos atrás y Dios de 9 (Caballeros de la Quema)

Hoy te madrugás hecho una grillete
con tus dientes castañándote
no te esconde bien ese disfraz
se te piantan las ganas de llorar

Con la garganta seca de tanto rezar y rezar, Josecito dejó la iglesia del barrio con los ojos vidriosos y las esperanzas cotizando en baja. Llegó a su casa, besó a su mujer y a sus dos hijos, comió un guiso recalentado, miró a Tinelli, y se fue a acostar. Repasó el día en su cabeza y suspiró un suspiro con gusto a resignación. Moría otra jornada golpeando puertas que no se abren y que no se abrirán nunca. Buscando el trabajo que permita cambiar el guiso de anteayer por una milanesa de hoy. Buscando, como tantos, la dignidad que se perdió en una sociedad acostumbrada a perder demasiado.
"Che, negrita, vos sabes que yo creo. Mucho. Y rezo, pido, voy a la iglesia. Pero, nos tiene contra un arco el Barba. Nunca nos tira un centro para que cabeceemos". La voz le fue cambiando del "Che" al "cabeceemos". Comenzó firme y terminó diluyéndose, con un nudo en la garganta.
La Negrita se puso a llorar. Con furia y fuerza. Con desesperanza y amargura. Cinco minutos después, cuando pudo tomar aire entre tanto mar de lágrimas, respondió: "No podés decir eso. Dios está con nosotros, en las buenas y en las malas. Dios es justo". Se dio media vuelta, abrazó la almohada, y siguió llorando hasta agotar el stock de lágrimas de su océano.
Al atardecer del día siguiente, Josecito entró en la iglesia tras otro tour por las calles de los trabajos negados. Ya tenía en sus narices el olor a ese guiso convertido en bálsamo para panzas necesitadas. Pero, arrepentido por el episodio de la noche anterior, dijo: "Perdón, señor. Hay veces que uno flaquea en la fe cuando todo sale mal una, y otra, y otra vez. Pero sé que hay que tener esperanzas. Siempre".
Josecito sonrió. Sintió que se había sacado un peso de encima. A la salida de la iglesia, se chocó con El Gordo Pérez, un ex compañero de secundaria que nadie soportaba y que reunía en sí un combo de dosis exactas de soberbia, mentira e hijaputez.
-Amigo Josecito, tanto tiempo. Mirá donde nos venimos a encontrar.
-Sí, es raro. Yo vengo siempre. A vos nunca te vi.
-Y, no es uno de mis lugares preferidos precisamente, je.
-¿Entonces?
-Una promesa a mi mujer. Me casé con Carol hace un año, ¿sabías?, je.
-¿Qué? ¡No lo puedo creer!
-Sí, yo tampoco, pero bueno, insistí, le regalé un anillo primero, un auto después... Y bueno. Cayó, je.
-¿Y venís a agradecer por el año de casados?
-No, Josecito. Prometí que cuando abriera el décimo local de Pancho Pérez iba a venir. Es mi primera vez en la iglesia, je. ¿Vos sabés donde hay un baño acá adentro?
Josecito no le contestó. Llegó a su casa, repartió besos con amor, y comió el guiso del día anterior. "Hasta mañana, Negrita. Te amo". Y apagó la luz.

http://www.youtube.com/watch?v=F8JgIp1j0pI

3 comentarios:

  1. Caballero: paso por acá para desearle un excelente 2011!

    Qué es de tu vida?

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=BjkdnBAum0w

    EL ORGULLO NACIONAL

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