domingo, 12 de febrero de 2012

Muerte 3: ¿Cómo?

¿Cómo se matan los sentimientos que se niegan a morir? Mitad tercos, mitad caprichosos, se resisten agarrados a las paredes del corazón mientras, con las uñas sin cortar, desangran por dentro.
¿Cómo se matan los sentimientos que se niegan a morir? No, eso no. ¿Cuándo se los mata? ¿Ayer, hoy, mañana? ¿A la noche cuando duermen? ¿De día a sangre fría? ¿En una atardecer de primavera o en un amanecer de invierno?
¿Cómo se matan los sentimientos que se niegan a morir? No, eso no. ¿Quién los mata? ¿Hay sicarios que ponen avisos clasificados en diarios amarillentos que nadie lee? O quiza, se los encuentre en el callejón sin salida de los sentimientos sin salida.
¿Cómo se matan los sentimientos que se niegan a morir? No, eso no. ¿Dónde se las mata? ¿En la cama vacía donde duerme uno y supieron dormir dos? ¿En la mesa de un solo plato y una sola copa? ¿En la calle, a golpes contra el asfalto sucio y gris?
¿Cómo se matan los sentimientos que se niegan a morir? No, eso no. ¿Porqué se los mata? ¿Por sacarle lengua al destino y burlarse de él? ¿Por jugar juegos injugables? ¿Por comprar ilusiones a alto precio y tener que venderlas por dos monedas? ¿Por malditos, por cobardes, por rabiosos y salvajes?
¿Cómo? ¿Como? ...

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