Son dos palabras. Dos. No es un deja-vu de un post anterior que llegar tarde y devaluado. No. Son otras dos. Tener y querer, esa es la cuestión.
A veces van sueltitas por la vida. En este caso, no. Tienen apellido. Tener que hacer algo y querer hacer algo. O, viceversa: tener que hacer y no querer. Bingo.
Por ahí camina gran parte de la existencia. Será que todo depende de esa cuenta. De cuantos tener se combinan con cuantos querer. O viceversa.
Por ahí camina por estos días esta cabecita.
lunes, 6 de julio de 2009
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Caballero:
ResponderEliminarReconozco que cuando el tener no se combina con el hacer, se genera esa sensación de incertidumbre sobre qué es lo correcto o lo incorrecto, si le damos prioridad al tener o al querer.
Soy partidaria del corazón, pero la razón suele ser mejor consejera.
Espero que sigas armando tu propio puzzle (como dijiste en mi blog), después me contás como se definieron las cosas.
Beso
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