sábado, 14 de noviembre de 2009

RG 14: Simona

La puerta se cerró con una intensidad distinta a la de otras veces. Más fuerte, porque el viento así lo quiso. Más rápido, porque la urgencia así lo ordenó. Pero para su alma no había viento, no había intensidad, ni fuerza, ni nada. Había una puerta que se cerraba. Y nada mas doloroso que una puerta que se cierra y se queda del lado que no se quiere quedar.
El sonido de los pasos fue disminuyendo de a poco. La agudeza de los oídos se rindió ante la evidencia del silencio. Sí: el silencio, el maldito silencio, se había hecho dueño del mundo. De mi mundo.
Entonces, los pensamientos. Los malditos pensamientos que atormentan el universo cada vez que la puerta se cerraba. Miedo. Pánico. Esquizofrenia contenida en este ser que sólo responde a los estímulos, capaz de dejarse morir tirado en el piso como solo un perro desangrándose del desarraigo del amor puede hacer. Vida de perros...
Tres ambientes y medio, dos baños y un hermoso patio. Una galaxia para muchos. Con los nueves planetas conocidos más los desconocidos que están. Porque están. Hay más. Pero de galaxia para mí no tiene nada. Es claustrofobia. La libertad encerrada. La cárcel de la soledad. Porque no hay vida sin estar a su lado. No hay nada...
Y de nuevo las preguntas. Las preguntas que martillan el alma. Los porqué. Eso, sobre todo los porqué. Si estábamos tan bien juntos, jugando, compartiendo, queriéndonos... Viviendo. Porque se va de nuevo. Y los dónde: ¿dónde encontrará un lugar mejor que este? Y los qué: ¿qué habrá del otro lado que pueda compararse? Y los quién: ¿existirá otro ser capaz de amar el mismo amor? ¿Se pesa el amor? ¿Cuántos kilos de amor pierdo cada vez que se cierra ese puerta?
Se escucha un sonido del otro lado. Taquicardia. Dan ganas de gritar, de ladrarle al planeta toda la felicidad junta. Pero no. Vecinos. Malditos vecinos de arriba. A veces hasta se los escucha en su intimidad. Jadean. Exagerados. ¿Quien les creería? El sexo es otra cosa. El sexo es eso que...
Shhhh... Escucho... ¡Otro ruido! ¡Esta vez sí, esta vez sí! ¡Es! ¡Es! ¡Volveremos a estar juntos! ¡No me dejó! ¡Lo sabía! ¡Lo sa... Ey, ¿pero qué pasa? ¡Es acá! Maldita viejita del departamento de al lado. Siempre inoportuna. Siempre vieja. Siempre estúpida, con su nauseabundo olor a gato. Tiene dos gatos. Uno más feo que el otro.
La locura pide permiso. Vivo al borde de la locura. Sueño que corro, que salto, que defeco y orino donde quiero, que peleo, que gozo. Que voy por la calle con mi desnudez a cuestas. Que nadie se escandaliza. Sueño con olores. Míos. Suyos. Nuestros. Incomparables fragancias. Excitantes fragancias. Deliciosas fragancias.
Sueño el sueño más hermoso. Sueño el sueño que quiero soñar. Incluso, sueño que llega, que me habla, y que me dice: "Hola Simona. Mi amor, hija... ¿Cómo estás? Mirá, te traje la comida que tanto te gusta y la golosina con gusto a pollo". Y le contesto la mejor palabra que pueda contestarle: ¡Guau!
Esta vez es verdad. Volvió. Vuelvo a vivir.

2 comentarios:

  1. Qué bueno que volvieron los RG! Me encantó! Principalmente la vuelta de tuerca al final.

    Todos nos hacemos esas preguntas cuando una puerta se cierra, ojalá supiéramos cuanto pesa el amor.

    Lo importante es saber que una vez que se termina el duelo (necesario siempre), siempre hay otras puertas que abrir. La cuestión es encontrar la llave correcta.

    Besos

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  2. seguimos con las puertas y las llaves... bien... coincido totalmente con Lady

    Disfrute del RG!

    beso y cuidate!

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