martes, 30 de junio de 2009

Gianluca

A aquel torito brioso hoy se lo debe mirar de abajo para arriba. Tiene las hormonas tímidamente revueltas. En silencio se le cuela alguna página xxx en medio de sus favoritas de Naruto.
Heredó la inteligencia, el rock y una bipolaridad entre la introspección y la soltura. Rebota de una a otra sin avisar. Simple y complejo a la vez. Chico y hombre a la vez...
Tres. Uno, dos, tres. Esa mañana, la del regreso del más allá, fueron tres abrazos que hicieron volar a estos pies por los aires. Unas decenas de centímetros. Tal vez medio metro. Y volaba. A medio metro del suelo, volaba el mejor vuelo jamás volado.
A los dos días, llegaron las palabras mágicas. "Se notó tu ausencia", dijo, con la misma naturalidad con la que pregunta que hay de cenar. Será que ese sentimiento lo siente natural. Sí, entonces, hermosamente natural.

Fue, como aquel, un golpe de nocaut. Esa lona. Esa lona...

1 comentario:

  1. Buenas, lo prometido es deuda, pasé a visitar... Quise dejar un comentario en otra entrada pero no me apareció la opción, será por tu blog o porque lo mío sigue "para atrás"?

    ResponderEliminar